28 diciembre 2011

SOUNDTRACK: "THE BOAT THAT ROCKED" (Richard Curtis, 2009)

Entre las últimas películas no documentales relacionadas con el imaginario rock, la comedia The boat that rocked, del neozelandés Richard Curtis, cuenta a su favor con una trama disparatada pero divertida que intenta emular el estilo de un Richard Lester en su mejor estado creativo, una puesta en escena que -incluyendo vestuario, escenografía y coreografía- copia muy bien la moda y el espíritu sixties y, lo que es más relevante, una banda sonora compuesta en su mayoría por imperecederos hits de los años sesenta pero que también se da la licencia de incluir algunos de los 70 (como I love to boogie de T. Rex o Father and son de Cat Stevens), el ochentero Let's dance de David Bowie e incluso un cover de Stay with me baby realizado por una cantante actual como Duffy.

Sea como fuere, la historia de una radio pirata enclavada en un barco en medio del mar (desde donde se transmitía música rock en tiempos en que el conservador gobierno británico -con la venia de la BBC Radio- solo permitía escuchar este género popular durante menos de una hora al día) no deja de ser cautivante en la era del post rock para quienes aún veneramos esta música y su esencia contestataria. Y si el menú viene servido con canciones de los Kinks, los Who, Moody Blues, los Easybeats, Jimi Hendrix y tantos otros clásicos, mucho mejor.


Del soundtrack de la película (titulada Pirate Radio en EEUU e indistintamente Piratas del rock o Radio encubierta en español) he seleccionado para la Secta del Ruido I love to boogie de la banda inglesa T. Rex, Elenore de los estadounidenses The Turtles y Friday on my mind de los australianos Easybeats.





17 diciembre 2011

TONIGHT'S THE NIGHT (Neil Young, Reprise Records, 1975)

Monstruo entrañable, ecologista radical, hippie irredento, cerebro tanto del sonido folkie como del noise-rock, Neil Young es sin duda uno de los más respetables dioses del rock. Tras la disolución de Buffalo Springfield, los Crazy Horse serían el soporte más adrenalínico que encontrarían los discos del legendario músico canadiense. El primer álbum de esta banda junto con Neil Young en los setenta es Tonight's the night, grabado en 1973 pero que recién vería la luz dos años más tarde, debido a un veto de la Reprise Records, que lo consideraba "poco adecuado" tras el éxito de Harvest.
Tonight’s the night (1975) es ciertamente un álbum áspero, producto de una sensibilidad ubicada en las antípodas de Zuma, disco publicado el mismo año. Mientras en el primero domina la crudeza y el desgarro (en el ánimo de las sesiones aún rondaban dos muertes recientes), en el segundo prevalece una producción pulcra, aun cuando hay una pretensión vanguardista en los devaneos sonoros de la guitarra eléctrica. Neil Young asimismo aparece con una voz un poco ronca en Tonight’s the night, con inflexiones que no le conocíamos desde el clásico Mr. Soul. En Zuma, por el contrario, las cuerdas vocales se escuchan intactas. Lo sorprendente y maravilloso de este asunto –y del rock en general– es que en ambos casos todo funciona a la perfección. Lo cual prueba que “no desafinar” es uno de los prerrequisitos de un cantante que el rock ha cancelado para siempre. Es más, diría que pocas veces he escuchado cantar tan bien a Neil Young como en Tonight’s the night, a pesar de (o debiera decir, gracias a) tener su voz "raspada" en este disco.

Canciones como Tonight’s the night (dedicada al malogrado roadie Bruce Berry), World on a string, Come on baby let’s go downtown (de Whitten/Young) y Lookout Joe son excelentes demostraciones de legítimo rock ácido. Come on baby let's go downtown fue grabada cuatro años antes en Fillmore East y cuenta con Danny Whitten en la primera voz y guitarra; su inclusión es todo un homenaje póstumo de parte de Neil tras la muerte de Whitten por sobredosis de heroína.


Como complemento del espíritu roncarolero, se incluye un puñado de baladas despojadas de adornos o sofisticados arreglos, en carne viva, como el bluesero Speakin’ out, que retrata el desencanto de una relación en un decorado tan teenager como puede ser una sala de cine, popcorn incluido. Por su parte, el country Borrowed tune está inspirado en Lady Jane de los Rolling Stones: “Estoy cantando esta melodía prestada/ que tomé de los Rolling Stones,/ Solo en esta mi habitación vacía/ Demasiado desperdiciado para escribir por mi cuenta”, canta Neil Young.


Hay también otros números country como Roll another number (for the road) –que denota su alejamiento de la nostalgia por Woodstock– y New Mama, así como prodigiosas piezas de rock lento como Mellow my mind (en la que Young parece cantar con la voz más afónica que nunca), Albuquerque y Tired eyes.



Al final se escucha una versión aún más rockera, aunque no más extensa, de Tonight’s the night, como perfecto cierre para un trabajo grato a las almas oscuras y desoladas.


CATEGORÍA: Clásico.
VEREDICTO: Imprescindible.
CANCIONES CLAVE: Tonight's the night, World on a string, Speakin' out, Lookout Joe.









06 diciembre 2011

ACE OF SPADES (Motörhead, Bronze Records, 1980)

Entre los pocos músicos relacionados con el heavy metal que admiramos sin ambages se encuentra Lemmy Kilmister, tótem y frontman de Motörhead, banda inglesa pionera del speed metal e incluso del thrash metal, aunque en verdad estos encasillamientos no le hacen justicia del todo, pues omiten que su creador proviene de la banda psicodélica Hawkwind -precursora del rock espacial-, así como dejan de lado que Lemmy ha confesado más de una vez que: 1) es un acérrimo fan de los Beatles, 2) siempre se ha sentido más afín al punk y 3) lo que él hace es simplemente rocanrol. En verdad, estamos hablando de un músico con una sensibilidad y unas luces mayores que las que suelen tener los cultores del metal.

Antecedido por los imprescindibles Bomber (1979) y Overkill (1979), el álbum Ace of Spades (1980) le otorgó el máximo crédito posible a la legendaria primera formación de este power trio, con Lemmy en la voz y el bajo, Eddie “Fast” Clark en la guitarra y “Philthy Animal” Taylor en la batería. Posteriormente Motörhead ha sabido de cuando en cuando grabar algunos discos con algo (o mucho) de la savia de los clásicos (ejemplos: Orgasmatron en 1988, Overnight Sensation en 1996 o el último The World is Yours, de este año), pero es evidente que lo más valioso está en sus primeros álbumes.

Ace of Spades (el álbum) suena como una imparable estampida de canciones, aceleradas y descarriadas, cuya potencia sónica se debe a la meritoria labor del productor Vic Maile. Se inicia frenéticamente con la canción homónima, una rompedora alegoría de la vida como juego de póquer: “Si te gusta el juego, yo soy tu hombre./ A veces se gana, otras se pierde, a mí me da lo mismo./ El placer es jugar, no me importa lo que digas./ No comparto tu codicia,/ la única carta que necesito es el As de Espadas./ Juego a la carta más alta, tentando al diablo./ Sigo la corriente, todo me da lo mismo./ Siete u once, los ojos de la serpiente te observan./ Dobla o retírate, dobla la apuesta o lárgate./ Sabes que he nacido para perder,/ y que apostar es para tontos, pero así es como me gusta, nena./ No quiero vivir para siempre./ ¡Y no olvides el comodín!/ Subo la apuesta inicial, sé que quieres ver qué cartas tengo./ Míralas y llora, la mano del muerto otra vez./Lo veo en tus ojos, míralas y mátate./ Lo único que ves, sabes que va a ser/ el As de Espadas”.

El espíritu alegórico y los riffs atronadores continúan en Love me like a reptile; esta vez las referencias son el carácter reptilesco en el que a veces se torna la atracción sexual (“Supe que tenía que morderte, nena,/ la primera vez que te vi./ Aquel momento me excitó./ No termino de creérmelo./ Y me gusta ver el contoneo de tu cuerpo./ No tengo elección, voy a retorcerte por la cola./ Ámame como un reptil,/ voy a hincarte los colmillos”).

Shoot you in the back no ofrece ningún respiro, mientras las letras aluden a una escena recurrente del western donde impera la ley del revólver: “Es un suicidio vivir del orgullo./ Reclamas lo tuyo, tu integridad,/ tu propia vida te hiere como un cuchillo./ El jinete que viste de negro/ sabes que te disparará por la espalda./ ¡En las películas del Oeste!”

Este esquema que combina microhistorias de espíritu underground -cantadas con la voz bronca de Lemmy- con una base rítmica rauda, no se abandona en (casi) ninguna de las pistas del disco. También hay una oscilación entre el uso de la primera y segunda personas en el nivel de las letras, cuya intención más obvia es lograr una identificación mayor en el receptor del mensaje, una empatía como la que puede haber entre el verdugo y la víctima, o entre el látigo y la carne.

En Live to win la postura antisistema es clara: “Sabes que no te puede pasar nada./ Tienes que creer en tu buena estrella./ Siempre te tratarán como a un perro./ Todo tiene un límite,/ y no pueden saltárselo./ Si reclamas,/ puede que te juzguen y te encierren,/ pero sólo tienes que vivir para ganar./ Sé que es difícil, una resistencia natural./ Luchar es una complicación./ Si no quieres ser escoria,/ si crees que tienes razón./ Ellos tienen ahora el poder,/ pero pronto llegará nuestra hora./ Todos sabemos de dónde venimos,/ lo único que hacemos es vivir para ganar./ No debes manifestarlo a gritos,/ no hagas una escena./ No te muestres orgulloso,/ eso sólo sirve a su plan./ Derriba el muro,/ disfruta el momento, es la hora de que caigan./ La anarquía está en camino,/ si sabemos vivir para ganar.”

Fast and loose vuelve al tema de los apetitos sexuales insaciables, en el límite de lo prohibitivo o sadomasoquista, leitmotiv que hallamos también en otros surcos del vinilo, como en Fire Fire, Jailbait o The chase is better than the catch.

Pero la canción donde suben los decibeles hasta “sangrar los oídos” es la asombrosa (We are) The Road Crew, absolutamente noise, que resume el ideario de una banda que solo se casa con el rocanrol: “Otra ciudad, otro lugar./ Otra chica, otra cara./ Otro camión, otra carrera./ Como basura, me siento mal./ Otra noche, me vuelvo loco./ Mi mujer se va, me siento triste,/ pero me gusta la vida que llevo./ Otra cerveza es lo que necesito./ Otro concierto, me sangran los oídos./ Somos el equipo de transporte./ Otra ciudad que dejo atrás./ Otra bebida, totalmente ciego./ Otro hotel que no puedo encontrar./ Otro pase a los camerinos para ti./ Otro tubo de pegamento./ Otra frontera que cruzar./ Conduzco como un maniaco./ Voy en viaje de ida y vuelta al infierno./ Otra habitación, una maleta por hacer./ Somos el equipo de transporte./ Otro hotel que podemos quemar./ Otro polvo, otra vuelta./ Otro mapa de Europa que aprender./ Otra parada en el camino./ Otro juego que puedo practicar./ Otra palabra que aprendí a decir./ Otro maldito puesto de aduana./ Otra jodida costa extranjera./ Otras cicatrices de las que presumir./ Somos el equipo de transporte. Así es”.

Aún el álbum nos ofrece otras sorpresas, la breve pero contundente Bite the bullet y el apabullante cierre con The Hammer (cuya temática puede ser considerada una versión psicokiller del compromiso y la rebeldía de If I had a hammer de Pete Seeger; o en todo caso, una mixtura entre ésta y la mccartniana Maxwell’s silver hammer a nivel letrístico).

Un álbum portentoso de una banda genuina de rocanrol que, a diferencia de otras bandas rítmicas cuyas canciones parecen hechas del mismo molde con pequeñas variaciones de acordes (en las que técnicamente los Motörhead están emparentados), no solo tiene suficiente adrenalina, sino sobre todo hace de la música más primaria un medio eficaz y creativo de transmitir una actitud existencial inequívocamente contracultural, impetuosamente borderline e inocultablemente outsider, que ya quisieran igualar algunos íconos del heavy metal con sus poses de castrati (o contratenores) y sus solos de relumbrón.
Categoría: Clásico.

Veredicto: Imprescindible.

Canciones clave: Ace of Spades, (We Are) The Road Crew, Jailbait, Bit the Bullet, The chase is better than the catch, The Hammer.







26 noviembre 2011

CUESTIÓN PREVIA: COLUMNISTA EN BEATLESPERÚ



Ayer me disponía a publicar una nueva reseña en La Secta del Ruido, pero recibí una grata noticia que me obligó a "parar máquinas", pues para quien es un "sectario" del rock desde hace muchos años -con corazón beatle además- hubiera sido imposible omitir este hecho: desde ayer viernes soy oficialmente columnista de la página web Beatlesperú, el portal sobre los Beatles más visitado en habla hispana.


Desde hace muchos años (quizá cerca de una década) participo en foros sobre los Beatles. Si la Internet hubiese existido desde siempre, seguramente hubiera sido un forista virtual desde que me "enganché" con los Beatles, hace más de treinta años. Recuerdo mis pinitos en el foro español Nowhereland, hoy desaparecido, del cual resultó el foro Liverpool. Por ese tiempo usaba el nickname Rundevil. Luego hubo un foro mexicano, alguno argentino, pero sin duda Beatlesperú fue y es el mejor y más completo de todos los foros sobre los Fab 4. No lo digo yo, lo dicen por un lado las estadísticas y por otro lado la variedad y calidad de foristas con los que cuenta.


Hace unos meses Beatlesperú me invitó a dar un paso adelante: no solo ser forista, sino ser columnista regular de su página web. Luego de idas y venidas, ayer se concretó ese ofrecimiento, lo cual, lo digo sin ningún afán de congraciarme con nadie, es para mí un honor.


De todos modos debo decir también que no todo fue color de rosas en mi paso por los foros de Beatlesperú; hay aún algunos foristas cuya sola aparición de mi nickname (ya no diré de mi nombre) les debe despertar ciertos sentimientos encontrados y algo turbulentos. Bueno, pues, no se puede ser amigo de todos, menos si se tienen opiniones que no siguen la senda borreguil de los fans más estereotipados de la beatlemanía. De hecho, a pesar de conocer al dedillo el ABC de la enciclopedia beatle, siempre he sostenido que me decanto más por la carrera solista de Paul McCartney que por los Beatles como banda. Nadie -menos yo- niega que los Beatles fueron (son) inigualables (ver otra Cuestión Previa), ni que John Lennon fue un genio con mayúsculas, y todo lo demás, pero a mí particularmente siempre me han despertado más interés las andanzas de McCartney post 1970. Pero mientras se siga pensando que todo empezó y terminó en los años sesenta, no hay manera de ponerse de acuerdo con nadie (al menos de mi parte).


Por eso para mí tiene un significado especial que, aún con las indudables opiniones polémicas que a veces he expresado en los foros, Beatlesperú me haya considerado un especialista en el tema digno de tener una columna regular en su muy visitado portal.


El nombre de mi columna es RUN MACCA RUN y mi primera colaboración es un ensayo algo extenso sobre "the best underrated album ever", RAM, de Paul & Linda McCartney. Pueden leerlo pulsando AQUÍ.



PD: Posteriormente la Secta del Ruido lo publicará en el blog.

10 noviembre 2011

SOMETHING / ANYTHING? (Todd Rundgren, Bearsville, 1972)




¿Puede existir un cantante y compositor colosal, absolutamente idolatrado por una elite de rockeros, pero que en sus cuarenta años de carrera musical nunca haya podido pergeñar ni siquiera un single "one hit wonder"? Por supuesto que sí: se llama Todd Rundgren. No se trata de un rockero underground, ni de un vanguardista del sonido que no transige con la música llamada "comercial". Al contrario, desde joven se presentó en shows televisivos con aureola de "músico genio" del pop-rock, se disfrazó de un Ziggy Stardust más osado que la versión original de Bowie, convivió codo a codo con la sicodelia, el glam y el rock progresivo cuando estuvo de moda; en fin, estuvo en cartelera todo el tiempo que pudo, pero el single que marcó su coto de popularidad apenas rozó el quinto puesto del ranking Billboard. Qué mayor prueba de que el talento, a veces, no consigue el aplauso ni la venia de las masas.


Sin embargo, su prestigio dentro del rock está fuera de discusión. Su banda sesentera Nazz fue incluida por Lenny Kaye, ex guitarrista de Patti Smith Group y reseñista eventual de la Rolling Stone, en la mítica antología Nuggets, primer compendio crítico del garage rock estadounidense. Entre sus fans incondicionales se halla nada menos que el argentino Charly García, quien lo homenajeó con una versión de Influenza en su disco homónimo y ciertamente basta escuchar Sui Generis para darse cuenta de las deudas musicales con este visionario incomprendido. Otro de sus admiradores es el ex beatle Ringo Starr, quien lo convocó en 1999 para participar en una gira junto a su All Star Band, en la que Rundgren cantó tres canciones de su cosecha. En el "lado oscuro" del rock, se encuentra como devoto Mr. Mark David Chapman, alias "el asesino de Lennon", a quien se le halló en su apartamento un disco de Rundgren colocado en un semicírculo junto a otros objetos de culto personal. Pero mejor no ahondemos en detalles escabrosos y vayamos a la música.



Something/Anything? (1972) es sin la menor duda la obra maestra de Rundgren: un álbum doble, que venía con el plus de que tocaba todos los instrumentos en los tres primeros lados de su edición en vinilo, mientras la cuarta cara se iniciaba con tomas de una grabación casera de covers de Money (That's what I want) y Messin' with the kid, para enseguida volver al perfeccionismo sonoro e instrumental pero ya acompañado de una banda conformada por más de veinte músicos, algunos ya trajinados.

La canción de apertura del álbum, I saw the light, es absolutamente beatlesca, con un lejano parentesco a You won´t see me (aunque la de Rundgren suena más a Harrison que a McCartney). Pero la apuesta del músico estadounidense es repasar de un lado a otro el abanico pop del momento: desde soft-rock (como It wouldn’t have made any difference, Cold morning light, Marlene o la grandiosa balada de inspiración jazzy Sweeter memories, para el especial lucimiento de Rundgren como instrumentista) hasta pura energía r&b/soul (Wolfman Jack, Some folks is even whiter than me y Slut). Hay también efectos de sonido (Intro), un instrumental que se anticipa al boom del pop electrónico ochentero (Breathless), flirteos con el art rock (Song of the viking, a quien un crítico ha calificado de “opereta pop en staccato” y cuyas armonías vocales anticipan un estilo que Queen explotaría como una fórmula de éxito comercial), y la que muchos consideran una de las primeras canciones power-pop (Couldn’t I just tell you).


Y por supuesto en este disco está su mayor hit, Hello It’s me, una versión con arreglos orquestales y un poco más acelerada que la original acústica que Rundgren grabara en el primer álbum de Nazz. Absolutamente bella y melancólica, a pesar de que nunca llegó a ubicarse en el número 1 de Billboard.

Something/Anything?, un álbum urdido desde el laboratorio de los estudios discográficos, cuyo título parece interrogarse sobre la trascendencia del pop, reemplazando el “todo o nada” por algo menos optimista que quizá deviene en lo efímero, finalmente halla su valor en esa dualidad, que es la dualidad de la música pop, la que podríamos resumir en la fórmula “la trascendencia de lo efímero”, gran premisa para un gran disco. En estos tiempos no es necesario más.



CATEGORÍA: Clásico.
VEREDICTO: Imprescindible.
CANCIONES CLAVE: I Saw The Light, Hello It's Me, Black Maria, Song of the Viking, Couldn't I just tell you.






02 noviembre 2011

LA CANCIÓN SECTA DE LA SEMANA: "MAN IN BLACK" Y "RING OF FIRE" DE JOHNNY CASH

Esta sección ya cumplió su ciclo. Desde la próxima semana retomaré mis comentarios de álbumes y postearé temas diversos, con un formato adaptado a los tiempos en que la cultura de la imagen se impone y los textos sobresalen por su brevedad, de suerte que las extensas críticas de discos de la primera época de La Secta del Ruido quedarán como testimonio de mis arrestos ensayísticos y cederán el paso a reseñas sucintas. Tampoco tenía sentido que me fuera al otro extremo y abriera una sección semanal sobre canciones en una época en que hay cibernautas que cuelgan videoclips a diario en YouTube y Facebook. Ante ese alud promovido por el homo videns, no hay forma de que La Canción Secta de la Semana se distinguiera. Por otro lado, estaba claro que cada comentario de una canción siempre hacía referencia al álbum que la contenía o en todo caso a la discografía resaltable del cantante, de modo que veo más provechoso dedicar el mismo espacio a un disco. Tampoco espero ganarme el Pulitzer por ello.


Y no hallo mejor forma de darle sepultura a esta sección de breve existencia (aunque siempre seré libre de reseñar una canción cuando me dé la gana) que publicando no uno sino dos clásicos de Johnny Cash. El primero es su canción bandera, Man in Black, que curiosamente escuché por primera vez de manera indirecta, gracias al cover en español que hiciera en los años ochenta Loquillo junto con sus Trogloditas. Man in Black es una canción de protesta, de contenido social y base cristiana (extraña combinación que sin embargo fue sincera en el caso de Johnny Cash), todo un himno de más de una generación, cuyo sentimiento anticapitalista cobra vigencia en un año en que los 'indignados' ocupan por igual Wall Street y otras ciudades del "mundo desarrollado". Y como cierre, Ring of fire, una canción de amor contrariado compuesta a dúo con su esposa June, y que fuera interpretada por primera vez por la hermana de ésta, Anita Carter. En la versión final, Cash le incorporó el contagiante sonido de trompetas mexicanas.




25 octubre 2011

LA CANCIÓN SECTA DE LA SEMANA: "FATHER AND SON" DE CAT STEVENS





Tea for the Tillerman (1970) permanece en mi memoria como uno de los primeros álbumes de pop rock que he escuchado, posiblemente entre mediados y fines de los setenta, cuando era un niño en transición hacia la adolescencia. En esa época había un culto por el álbum que hoy casi se ha extinguido; hoy todo se reduce a bajarse canciones aisladas de internet, o a algo mucho peor, como escuchar radio o ver VH1 o MTV. Me niego desde este refugio sectario a pertenecer a esa especie. Por eso también le tengo un gran respeto a Yusuf Islam, quien en los años setenta solía firmar como Cat Stevens y en la actualidad es seguidor de Mahoma, lo cual me parece muy bien en tanto signifique desmarcarse de todo el planeta infestado por la mal llamada "cultura occidental" y que en verdad no es más que la versión más pervertida y usurera del Occidente moderno, aquella que obviamente todos los liberales y mercaderes aplauden.


Como desde siempre tuve esa extraña vocación por el coleccionismo, poco tiempo después de que llegara a mis manos Tea for the Tillerman, me las ingenié para conseguir el resto de la discografía de Cat Stevens: visité discotiendas, sí, pero también inicié aventuras temerarias como ir por mi cuenta y riesgo a La Parada, mal afamado mercadillo donde un gordo que tenía el rostro chaveteado -con dos profundas cicatrices- vendía discos importados de segunda mano (en los años setenta estaba prohibida la importación de discos en el Perú). De ese modo adquirí Mona Bone Jackon, Teaser and the Firecat, Catch Bull at Four, Foreigner y Budda and the Chocolate Box. Pero la verdad sea dicha: ninguno de esos álbumes me pareció tan soberbio y sublime como el que contiene clásicos como Wild World, Hard Headed Woman o la aquí seleccionada Father and son. Pronto la Secta del Ruido publicará su Top 100 de álbumes esenciales y como mínimo enlistaré entre los 200 finalistas a Tea for the Tillerman. Hasta entonces, bien vale escuchar una de sus más memorables canciones.

18 octubre 2011

LA CANCIÓN SECTA DE LA SEMANA: "LET ME LOVE YOU" DE JEFF BECK GROUP





Tras abandonar los Yardbirds, Jeff Beck formó su propia banda a la que denominó simplemente The Jeff Beck Group. Su álbum de presentación, Truth (1968), tuvo como novedad la aparición de un vocalista hasta entonces desconocido, de nombre Rod Stewart, y un guitarrista no muy trajinado como Ron (Ronnie) Wood, quien se encargaría de tocar el bajo en la banda. El álbum es todo un clásico e incluye varias versiones o recreaciones del blues en clave hard rock. Un ejemplo de ello es Let Me Love You, firmada con el seudónimo Jeffrey Rod (nombres de pila de Beck y Stewart), la cual está "inspirada" en el blues del mismo título de Buddy Guy.


Hoy que Rod Stewart es un rockstar no muy valorado por muchos y que Ron Wood es un prominente integrante de los Rolling Stones en decadencia, siempre es bueno echar una mirada hacia atrás y comprobar sus halagüeños inicios. De Stewart no solo hay que considerar su paso por The Jeff Beck Group y luego Faces, sino sus primeros álbumes solistas pre Da Ya Think I'm Sexy (discos como Gasoline Alley y Never a Dull Moment principalmente). Ronnie, por su parte, también estuvo en Faces antes de integrar la banda de Jagger-Richards, y con su guitarra endureció el sonido de los últimos álbumes destacables de los Stones; me refiero a Some Girls y Tatoo You. Sea como fuere, en las canciones de Truth, como la seleccionada Let Me Love You, los hallamos en su mejor forma musical.

12 octubre 2011

LA CANCIÓN SECTA DE LA SEMANA: "A WHITER SHADE OF PALE" DE PROCOL HARUM





Y ahora vamos con uno de los clásicos que (casi) todos conocen. Según la BBC, es la canción británica más escuchada de los últimos setenta y cinco años. Sea cierto o no, ese no es el motivo para haberla seleccionado aquí en La Secta del Ruido. Aunque no soy particularmente devoto de Procol Harum, para mí A whiter shade of pale es simplemente entrañable. Esa canción me recuerda inexorablemente a uno de los mejores cortometrajes que he visto en el cine estadounidense de los años ochenta. Me refiero a Life Lessons (titulada en español "Apuntes al natural") de Martin Scorsese, incluida en la película New York Stories ("Historias de Nueva York"), de 1989, que reunía también sendos cortos de Francis Ford Coppola y Woody Allen, ambos de escaso interés, en mi opinión. De otro vuelo era la historia de Scorsese, en la que Nick Nolte interpretaba a un artista de mediana edad que hallaba en la pintura y la música rock a alto volumen la combinación perfecta para entrar en un estado de catarsis tras los desplantes de su nada modosa asistente (la sensualísima Rossana Arquette). Y en ese trance, se escuchaba una y otra vez la balada A whiter shade of pale, entonada inmejorablemente por Gary Brooker, y en la que los teclados del órgano Hammond sonaban casi como un réquiem de la relación entre el pintor y su colaboradora.


El video oficial de la canción es, por lo demás, un verdadero testimonio de época, con enfoques en perspectiva de los Procol Harum trajeados a la moda sicodélica y amplias vistas de calles de Londres invadidas por las minifaldas.


07 octubre 2011

SOUNDTRACK: "RESERVOIR DOGS" (Quentin Tarantino, 1992)

En Reservoir Dogs (1994), el debut como cineasta de Tarantino, están todas las claves y triquiñuelas que caracterizaría el resto de sus películas: humor negro, técnica narrativa del flashback y las cajas chinas, diálogos que nos retrotraen al submundo delincuencial, personajes que parecen salidos de algún cómic underground, producción serie-B de las policiales de los años setenta, episodios estructurados por capítulos con el nombre de alguno de los personajes, y como la cereza en el pastel, dosis de violencia (cuanto más gratuita y psicopática, mejor). Con alguna u otra variante u omisión, este esquema se repite en toda su filmografía. En Kill Bill (2003-2004) se renuncia a la producción de bajo costo, pero solo para urdir una trama más compleja en la que se rinde homenaje a las series de artes marciales japonesas y a la tradición del ánime, con lo cual, aunque a otro nivel, se incide en el culto por la estética de las series B. Inglourious Basterds (2009) parece la versión fílmica de alguna novela gráfica (léase historieta) en donde justicieros de cómic se desenvuelven entre decorados propios de la Alemania de la Segunda Guerra como lo hubieran hecho con igual sangre fría en la época del crimen organizado moderno en Estados Unidos (post Lucky Luciano). Los escenarios pueden variar, algunos elementos pueden haber sido modificados, pero en conjunto la impronta de Tarantino continúa sobre la base de lo que ya había mostrado en su primera película. También se podría decir que el "estigma de Caín" que rodea a los personajes de Reservoir Dogs se halla en todas las demás criaturas de este director.


Comentario aparte merece el soundtrack. En una antigua entrevista, Tarantino reveló que para él era tan importante la música en una película que jamás encargaría la banda sonora a un músico. Principio que en Reservoir Dogs lo impulsó a escoger entre el repertorio de la música popular de los años setenta. Con lo que se demuestra no solo el buen criterio del cineasta, sino la valiosa música producida en esa década. Prueba de ello son Little Green Bag de The George Baker Selection, I Gotcha de Joe Tex y Coconut de Larry Nilsson.







04 octubre 2011

LA CANCIÓN SECTA DE LA SEMANA: "O SUPERMAN" DE LAURIE ANDERSON




Aunque los mejores ejemplos avant-garde de la música pop electrónica hay que buscarlos en la década de los setenta (Kraftwerk, Chrome, etc.), es en los años ochenta que hubo una irrupción de bandas y propuestas que consolidaron su apogeo al menos en cuanto a popularidad. Entre las más originales se hallaba sin duda la de Laurie Anderson, artista polifacética que pasó de la escultura al violín y de allí a ser una compositora apasionada por el sonido de los sintetizadores. A contrapelo del pop electrónico inglés para el gusto masivo (Depeche Mode, O.M.D., Human League), la estadounidense siempre se rodeó de colaboradores de primera línea -y no solo en la música rock-, entre ellos su actual esposo Lou Reed, Peter Gabriel, Brian Eno, Meat Loaf y el escritor William Burroughs (este último puso su voz en Sharkey's night incluido en su segundo álbum). Big Science (1981) fue su ópera prima, uno de los discos más interesantes de esa década de sobreproducciones y sintetizadores; un álbum en el que se la escuchaba hablar tanto como cantar sobre la base de un sonido electrónico monocorde, minimalista. Ejemplo de ello es la aquietada y a la vez perturbadora canción O Superman, un verdadero clásico de los años ochenta, cuya estética vanguardista por supuesto rebasa la música y se expresa en una performance artística que incluye elementos teatrales y visuales, como se aprecia muy bien en el videoclip promocional.

22 setiembre 2011

LA CANCIÓN SECTA DE LA SEMANA: "HALF A PERSON" DE THE SMITHS




Nunca hubo una banda que prometiera tanto en los ochenta y con los años se fuera entrampando en la complacencia pop de las radiofórmulas como The Smiths, no por falta de talento sino quizá sí de ambición (o lucidez). Lo más destacable de sus composiciones era la manera en que las letras de Morrissey parecían interpretar la sensibilidad egocéntrica, descreída, cuestionadora y algo cínica que engarzaba muy bien en la época postpunk. Por el lado musical, era una buena banda rítmica, como lo fueron los Beatles en su primera época antes de sus grandes hallazgos. Quizá le faltó la segunda parte, la de la evolución del sonido, la de la ampliación de sus horizontes musicales. Otro aspecto que siempre les reprocharé es haber aceptado que los sellos Rough Trade (UK) y Sire Records (US), a pesar de ser independientes, manejaran sus lanzamientos discográficos con un sentido excesivamente comercial. Un ejemplo es el disco que contiene Half a person. Louder than bombs (1987) es un álbum doble compilatorio, la mitad compuesta por canciones extraídas de Hatful of Hollow (1984) y la otra mitad con singles y lados B que ya antes habían aparecido en otro compilatorio, The World Won't Listen (1987). A su vez, Hatful of Hollow era un álbum recopilatorio que recogía singles y grabaciones de estudio de la BBC Radio de 1983, posteriormente incluidas en nuevas versiones en su disco debut The Smiths (1984). Antes de entrar en un laberinto borgeano de singles, remezclas y álbumes compilatorios, la discografía de The Smiths hubiera ganado mucho si el discurso anti-mainstream de sus letras se hubiera visto refrendado en ediciones que respetaran el concepto de "álbum original de estudio". Es paradójico que bandas como la comandada por el dueto Morrissey-Marr, que irrumpieron para darle nuevos aires a una industria anquilosada de "viejas glorias" y contra la cultura pop de los "hits", en pocos años superaran en destreza fenicia a las bandas setenteras más populares, en todos sus extremos, desde Abba hasta Queen, desde Kiss hasta los Wings, las cuales por lo menos tuvieron la decencia de no endilgarnos "compilaciones de compilaciones".


De todos modos The Smiths legó al pop y al rock un par de excelentes álbumes y un puñado de grandes e imperecederas canciones, como la seleccionada Half A Person, que como otras de la banda, es a la vez una declaratoria de amor masoquista, una extensión del espíritu loser en la versión gamberra de Lennon y un retrato pop del "hombre sin atributos" de Musil.

20 setiembre 2011

LA CANCIÓN SECTA DE LA SEMANA: "PERFECT CIRCLE" DE R.E.M.








Murmur (1983), el mítico álbum debut de R.E.M., es quizá -junto con el reseñado Lifes rich pageant- el disco más perdurable de esta banda. Contenía canciones de estructura muy simple, de poca duración, con un sonido semiacústico y una producción nada ostentosa, cuyas melodías a la primera escucha no parecían muy relevantes, pero que poco a poco, no bien el oído las repasaba sin prejuicios, trasegaban el alma, revolvían los sentimientos, emocionaban como pocos álbumes de esos años. A pesar de cierta monotonía, había un encanto en este primer R.E.M. que luego, a pesar de sus notables discos, nunca se reeditó. Quizá algún día me anime a comentarlo. Mientras tanto dejo que la aguja del tocadiscos recorra los surcos del vinilo para escuchar Perfect circle, bellísima canción que lamentablemente no fue incluida en el setlist del concierto de R.E.M. en Lima.

14 setiembre 2011

LA CANCIÓN SECTA DE LA SEMANA: "I SEE THE RAIN" DE THE MARMALADE








I See The Rain fue calificada por Jimi Hendrix como una de sus canciones favoritas de 1967. Si consideramos que en ese año clave se produjeron obras capitales del rock, su sola mención por el autor de Hey Joe era más que auspiciosa para los Marmalade. Sin embargo, luego de algunos pocos hits posteriores -como Reflections of my life y Rainbow-, la banda se desintegró con más pena que gloria, entre acusaciones de libertinaje con las groupies. Quizá por ello para algunos sea tan solo una banda menor que tuvo sus 15 minutos de fama, parafraseando a Andy Warhol. En todo caso aquí la rescatamos del desván de los objetos olvidados, para prolongar a través de esta magnífica canción su presencia fugaz.

05 setiembre 2011

LA CANCIÓN SECTA DE LA SEMANA: "NATURAL BEAUTY" DE NEIL YOUNG




Neil Young, proclamado "el padrino del grunge" y una de las pocas viejas glorias rescatables para las nuevas generaciones, es uno de los últimos genios del rock sobrevivientes que merecen ese nombre. Como todo músico de alma hippie, lleva el espíritu country debajo de la piel. Parte del concepto del álbum Harvest Moon (1992) se logró sobre la base de reunir a la competente banda Stray Gators que le había dado soporte a Neil Young en sendos discos de los años setenta (Harvest y Times Fades Away), para otorgarle una orientación básicamente acústica. El resultado fue un álbum sosegado, de atmósferas apacibles, con hermosas y cálidas canciones. Natural Beauty es una plegaria a favor de la naturaleza, grabada en un concierto en Portland en 1992 e incluida en el trabajo de estudio Harvest Moon. Para sensibilidades exquisitas.

30 agosto 2011

LA CANCIÓN SECTA DE LA SEMANA: "SHINE ON YOU CRAZY DIAMOND" DE PINK FLOYD





Estas dos últimas semanas me vino la nostalgia por el concierto que ofreciera Roger Waters en Lima en el año 2007, en la explanada del Monumental. Es increíble que hayan transcurrido cuatro años y medio desde esa emotiva noche de marzo, que compartí con mi compañera de trips en un atmósfera enrarecida por el alcohol y hierbas mágicas, como si nos hubiéramos internado de pronto en un bosque de cannabis y tabaco para asistir a una ceremonia dionisiaca. En mi caso me bastaron un par de copas para estar a tono y conectarme con la música psicodélica y espacial de Pink Floyd, que constituía la mayoría del setlist de Waters. Esa noche vi uno de los mejores y más entrañables conciertos de rock realizados en Lima (solo superado por el de Paul McCartney). Una noche en la que recuerdo haber gritado hasta quedar afónico, haber aplaudido hasta casi sangrar las palmas de mis manos, haberme sentido un privilegiado en un país de indigentes culturales y especies extintas (como esos neardentales que siguen considerando al rock como una influencia nociva y alienante para la sociedad) y haber padecido de pronto una enorme tristeza cuando escuchaba la que sabía era la última canción del concierto. En fin, en el setlist figuraba "Shine On You Crazy Diamond (Parts I-V)", un envolvente tema dedicado al malogrado Syd Barrett, cuya versión completa fue dividida en dos tracks en el álbum de estudio Wish you were here (1975) de los Pink Floyd. Fue uno de los grandes hitos en la carrera de Pink Floyd y sin duda una canción muy coreada esa noche. Aquí les dejo la versión de estudio con la recomendación de escucharla en una habitación oscura en los momentos de mayor soledad y depresión. Aprendices de suicidas abstenerse.

22 agosto 2011

LA CANCIÓN SECTA DE LA SEMANA: "RUBY BABY" DE THE DRIFTERS







Hace unas horas nos enteramos de la muerte del compositor Jerry Leiber quien, junto con Mike Stoller, pergeñó algunos hits de los años cincuenta y sesenta. Quizá la canción más emblemática de este dueto fuese "Jailhouse rock", inmortalizada por un cimbreante y engolado Elvis Presley. Sin embargo, quien haya indagado mínimamente en la historia del rock reconocerá otras canciones clásicas como "Kansas City" (sobre todo en la genial interpretación de Los Beatles), "Hound dog" (la versionearon desde Elvis hasta los Rolling Stones y Jimi Hendrix) y "Stand by me" (coescrita y cantada por Ben E. King sobre la base de un gospel de The Staple Singers, pero que mucha gente reconoce por el notable cover que John Lennon hiciera para su álbum Rock'n'Roll de 1975). Como hubiese sido redundante seleccionar versiones tan propaladas por las radioemisoras, hemos escogido una menos popular pero igual de memorable, la festiva "Ruby Baby" que Leiber-Stoller compusieran para The Drifters en 1956. Q.E.P.D. Jerome "Jerry" Leiber.

16 agosto 2011

LA CANCIÓN SECTA DE LA SEMANA: "FINAL SOLUTION" DE PERE UBU




Pere Ubu es una de esas bandas esenciales que quizá estén condenadas injustamente a un segundo plano, a pesar de haber producido por lo menos dos álbumes en absoluto estado de gracia (Modern Dance y Dub Housing) y ser un grupo visionario y precursor de casi todo lo que suene a new wave, post punk y ochentas en el rock. "Final Solution" fue su segundo single, editado en 1976, incluido muchos años más tarde en el recopilatorio Terminal Tower (1985), selección de lados A y B de sus 45rpm cuya escucha nos permitió descubrirlos y seguirles la pista (aunque, valgan verdades, ya antes los habíamos visto en su extravagante presentación en la película Urgh! A Music War, de 1981). Digamos también que el líder y frontman es David Thomas, un gordito con poses un tanto ridículas en el escenario pero que sin duda es el padre de esta criatura surgida en Cleveland, banda que toma su nombre de Padre Ubú, personaje de la obra teatral Ubú Rey de Alfred Jarry. El incipiente experimentalismo de sus primeros trabajos ya se registra en el rock disonante "Final solution", si bien puede sonar no demasiado osado si se le compara con sus propuestas más extremas, más "terminales". De todos modos es una gran canción de rock expresionista y un buen preámbulo para interesarse por esta imprescindible banda.

08 agosto 2011

LA CANCIÓN SECTA DE LA SEMANA: "MESSAGE FROM THE COUNTRY" DE THE MOVE









Aquí les dejo una de las más destacadas composiciones de Jeff Lynne de su periodo pre ELO. Se trata de la canción central del último álbum de The Move, Message from the Country (1971). Los Move eran una banda de Birmingham surgida en el año 1966 y que, capitaneada por Roy Wood, produjo muchos hits en Inglaterra como "Night of fear" y "Flowers in the rain", aparte de unos discos más que recomendables. Con el ingreso de Jeff Lynne (ex The Idle Race) en 1970 la música de la banda se hizo más compleja, acorde con un periodo en el que predominaban bandas de rock progresivo y sinfónico. Este álbum y el primero de ELO son notables muestras del talento compositivo tanto de Wood como de Lynne, sin obviar su nunca negada influencia beatle, patente en la canción seleccionada.

02 agosto 2011

LA CANCIÓN SECTA DE LA SEMANA: "FIRE" DE ARTHUR BROWN

Y volvimos. Literalmente luego de un año. ¿Excusas para tan larga ausencia? El motivo más banal (aunque crucial en este mundo internauta) es que hubo problemas de orden técnico con este blog. Las demás respuestas quedarán por un tiempo en puntos suspensivos. Cuando llegue el momento se informará, se darán las explicaciones. La sorpresa los cogerá por el cuello.


Para no ausentarse más, La Secta del Ruido ha creado esta sección. Un cafecito en la noche, unas búsquedas por YouTube, quizá el pretexto de una película que la evoque o el simple recuerdo, o una noticia trágica tal vez, y listo, estarán servidos una vez por semana. Cuando sea posible se retomará la reseña de álbumes (que fue la intención inicial y única del blog), pero mientras tanto el objetivo de La Secta es no abandonar a nuestros pocos pero fieles seguidores y lectores. De hecho pronto habrá otras novedades.





El primer invitado es la banda inglesa sicodélica The Crazy World of Arthur Brown y el súper clásico Fire. Arthur Brown suele ser considerado el primer rockero en haber incorporado un estilo teatral en sus presentaciones con parafernalia algo circense, digno precursor de Alice Cooper, Peter Gabriel y... !!Kiss!! Alguien dirá que los Count Five ya usaban capas a comienzos de los años sesenta, y si se trata de imaginería circense, Los Beatles tuvieron mucho de ello desde el Sgt. Pepper's y luego en Magical Mystery Tour, y los Stones no se quedaron atrás con su Rock'n'Roll Circus. Sea como fuere, por lo menos los amantes del black metal lo tienen como un preclaro precursor. Fire fue su "one hit wonder" en 1968 en Gran Bretaña. La versión que recogemos es de una presentación en el programa musical Supersonic en 1975.